Amianto: un riesgo silencioso y muy peligroso para la salud presente en muchos tejados de Cataluña
La presencia de fibrocemento con amianto en los edificios, naves industriales, almacenes, granjas, sigue siendo una amenaza para la salud pública. El Plan Nacional de Erradicación del Amianto fija plazos claros para su retirada y obliga a actuar tanto a administraciones como a privados.
El amianto —también conocido como asbesto— fue utilizado masivamente en la construcción durante décadas. Su bajo coste, resistencia y aislamiento que proporcionaba lo convirtieron en un material omnipresente en cubiertas, porches, depósitos o tuberías. Sin embargo, ya en el siglo XX se demostró científicamente que se trata de uno de los materiales más peligrosos para la salud humana.
Cuando el fibrocemento se deteriora, libera fibras microscópicas que se pueden inhalar fácilmente. Estas fibras se acumulan en los pulmones y pueden provocar enfermedades graves, entre las que destacan la asbestosis, varios tipos de cáncer y el mesotelioma pleural. Son patologías que pueden manifestarse décadas después de la exposición, lo que convierte al amianto en un riesgo silencioso pero constante.
En Cataluña, este peligro está todavía presente. Según fuentes del Govern, miles de edificios -especialmente naves industriales, comunidades de vecinos y equipamientos antiguos- conservan todavía elementos de fibrocemento. Para hacer frente a esta situación, la Generalitat ha aprobado el Plan Nacional para la Erradicación del Amianto 2023-2032 con el objetivo de eliminar completamente este material del territorio.
El plan establece varios objetivos. El primero es la retirada obligatoria del amianto en todos los edificios públicos antes de 2028. Posteriormente, en 2032 se habrá completado la eliminación total del material en toda Cataluña. El documento también incluye acciones de detección, inventario, protocolos de seguridad y sensibilización ciudadana.
Pero la retirada del amianto no es una tarea que pueda improvisarse. La normativa vigente obliga a que sea realizada únicamente por empresas homologadas, capaces de garantizar la seguridad tanto de los trabajadores como de los usuarios del edificio. Estas empresas deben redactar un plan de seguridad y salud, encapsular o retirar el material de acuerdo con el protocolo, gestionar los residuos en recipientes homologados y transportarlos a un vertedero autorizado.
Además, la retirada de las cubiertas de amianto no puede desvincularse de la necesidad posterior de reconstruir el tejado con materiales seguros, eficientes y duraderos. En este ámbito, empresas especializadas como Teulades Lleida ofrecen soluciones integrales que van desde la diagnosis inicial hasta la instalación de una nueva cubierta, con opciones modernas como tejados ventilados, paneles sándwich o tejas fotovoltaicas.
El mensaje es claro: el amianto es un problema de salud pública y un reto técnico que requiere acción inmediata. La combinación de obligación legal, riesgo real y oportunidad de mejora energética hace que la retirada del amianto no sea sólo necesaria, sino urgente.
Tejados Lleida, un único interlocutor, dos soluciones: retiramos el amianto de su tejado y construimos la nueva cubierta


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